EL MONTAJE

Este es nuestro quinto Shakespeare, y como en anteriores temporadas, presentamos una de esas obras que han convertido a William Shakespeare en un dramaturgo que fascina a cada nueva época. Un autor que no conoce fronteras ni dogmas, y que aunque arrastre tantas referencias literarias como escénicas desde sus primeras composiciones, aparece siempre sobre el escenario como algo nuevo y extraordinario, renovando la esencia del propio teatro para fortuna de los que amamos el arte de Talía.

Gloucester es el hombre sin moral, el maestro de la apariencia, un deforme capaz de desatar tormentas de sangre con un único propósito: el poder. Su peculiaridad como personaje le permite disfrazarse, ayudado por su retórica, y esconder lo que realmente es. Hay pocos personajes tan desproporcionados en su ambición, tan descarados en sus propósitos. Ricardo se alza frente a un espectador asombrado, que sólo espera el momento de una caída que compense el horror que ha contemplado.

Hemos elegido Ricardo III, porque nos permite narrar una historia sobre el poder y la ambición ciega, sobre nuestra confianza y la falta de escrúpulos, sobre los fines y los medios, y, en definitiva, porque no está tan lejos de nosotros. La realidad que nos rodea contiene elementos suficientes para que asociemos esta historia truculenta a nuestras estructuras de poder, y podamos sacar conclusiones sin necesidad de excesivas explicaciones ni redundancias.

Fieles al estilo de nuestra compañía, trabajaremos con el texto en primer plano, defendido por los actores —protagonistas absolutos del medio, a nuestro entender— y la música en directo. La característica sobriedad de nuestro trabajo, unida a nuestro amor por la palabra en escena han conformado un estilo —creemos que reconocible— que caracteriza nuestro trabajo.

Nuestra postura es conocida. Creemos que ofrecer los clásicos al espectador es una responsabilidad, pero también una cuestión de disfrute artístico. La consideración de Shakespeare como un autor para eruditos nos parece un despropósito cultural. El bardo inglés, como nuestros autores del Siglo de Oro, escriben teatro para contar historias a la gente sencilla, entretenerla, enriquecer su espíritu y, en ocasiones, producir una reflexión. Creemos que el teatro debe ser, sin perder sus calidades ni sus virtudes, accesible; y para ello trabajamos.

Tras Hamlet en el años 2004, Noche de reyes en el 2012, Otelo en el 2013 y El mercader de Venecia en 2015, continuamos nuestra dedicación shakesperiana representando la obra del malvado rey, el último de los York, y su vorágine violenta, tratando de entender la historia desde nosotros para representarla, y que finalmente sea, también, algo de ustedes.

 

Eduardo Vasco

Distribución

Delfina Braun
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Web actualizada 6/1/2024

 

 

 

 

 

 

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